El nieto recuperado número 95 comparó el allanamiento que ordenó un juez –en democracia– con el mecanismo que utilizaba la dictadura militar.
Hilario Bacca cumplirá el 27 de febrero 39 años. Es el nieto recuperado número 95, pero también el protagonista del primer fallo a favor para que mantenga su apellido adoptivo. Pero cómo llegó a saber que era adoptado, que sus padres habían sido secuestrados durante la última dictadura militar, y cómo decidiste, ante la Justicia, quedarte con el apellido de las personas con las que había crecido.
Sabe que no es hijo biológico de sus padres desde los 4 o 5 años. «No fue un tema tabú ni nunca me trajo un conflicto. Incluso, desde muy chico he ayudado a otros nenes a entender lo que significa ser hijo del corazón», contó en declaraciones a radio Continental.
A medida que Hilario fue creciendo comenzó a unir cavos. Siendo 1978 el año en el que había nacido, quizás había alguien buscándolo. «Mis padres siempre me hablaron de esta posibilidad (ser hijo de desaparecidos). Pero ellos no tenían la certeza. A mí tampoco me interesaba en lo más mínimo saber», confiesa.
La verdad es que nunca pasó por su cabeza la necesidad de saber su origen. «No fue una pregunta que a mí se me haya planteado. Entiendo que para otra gente saber si es hijo de desaparecidos es importante y eso es súper respetable, pero para mi no era una inquietud».
Criado en Arrecifes, cuando terminó el secundario Hilario se fue a vivir a Buenos Aires. Al tiempo de vivir en la Ciudad, fue contactado por miembros de H.I.J.O.S. «Vinieron para decirme que tenían documentación y denuncias y que existía la posibilidad de que sea hijos de desaparecidos».
«Siempre mantuve mi posición de que no me interesaba conectarme con esa historia, por distintos motivos… No tenía interés de saber genéticamente de donde venía y en caso de ser positivo el reencuentro era como demasiado triste, terrorífico y de perdida no de ganancias», afirma.